[2Min] Babylon: Capítulo 2.

Capítulo 2: Babylon

La fila era inmensa. Seguía por toda la cuadra y doblaba en la avenida siguiente para perderse detrás de unas tiendas. Toda esa gente esperaba ansiosa por entrar a Babylon, la discoteca más conocida del lugar y del ambiente ambiguo. Eran muchas las horas que esas personas estaban dispuestas a esperar para poder ingresar al impresionante lugar. Y es que una vez dentro tu noche se transformaba en un paraíso de fantasías y deseos hechos realidad. En Babylon, todo podía pasar y el público expectante afuera era más que consiente de ello.

– Jamás lograremos entrar – musito Key. Observaba la inmensa fila.

– Wooow… ¿Toda esta gente está esperando entrar? – pregunto Minho, le había sorprendido la cantidad de personas que congregaba el lugar.

– Así es – contestó JongHyun, avanzaba por la acera adelantando a las personas en la fila.

– Hey, ¿Dónde vas? – Minho le seguía cogido de la mano de Key.

– No creerás que vamos a hacer esta fila ¿o sí? – se volteó para mirarle con una sonrisa y siguió el camino hacia la entrada.

– ¡Cierto! – exclamó Key -. ¡Tenemos entradas VIP! – dio un gritito de júbilo y se soltó de la mano de Minho para caminar junto a JongHyun, se cogió a él del brazo y presumió en voz alta de su condición de “Very important People”. Minho no hizo más que sonreír desde atrás y evitar ciertos comentarios e invitaciones que atrevidos chicos le hacían a lo largo de la fila. Minho a donde fuera jamás pasaría desapercibido. Lo mismo para Key y JongHyun. Eran chicos muy guapos y de buen plante. Imposible no darse vuelta para mirarlos.

– Woooow… – expresó Minho. Habían llegado a la gran entrada y miraba estupefacto la iluminaria y lo poco y nada que se podía ver a través de las puertas de cristal semi polarizadas.

– ¿Puedes dejar de sorprenderte con lo que sea que veas? – espetó JongHyun, miraba hacia los lados cauteloso, habían otras personas con entradas VIP mas la gente que hacía la fila eterna -. Creerán que somos novatos en esto…

– ¿Y acaso yo no lo soy? – Minho continuaba mirando fascinado. JongHyun puso los ojos en blanco y le hizo un gesto con la cabeza a Key para que se encargara de él.

– Somos tres y tenemos VIP – le decía JongHyun a uno de los enormes guardias en la entrada. Le extendió los boletos y el sujeto se puso a hablar con alguien por el intercomunicador.

– Deben esperar un momento – informó al cabo de un minuto. JongHyun asintió y se volteó hacia el parcito que no dejaban de sonreír como idiotas.

– Estoy considerando seriamente traerlos aquí como mínimo una vez a la semana – los miró como si se estuviera compadeciendo de ellos.

– ¡Yo feliz! – saltó Key y se volvió a abrazar de su mejor amigo.

– Interesado – musitó JongHyun mirándolo de soslayo. Key rió y lo mimo un poco.

Minho, quien viajaba en su propio mundo, fascinado por el ambiente en el que se encontraba, había fijado su vista en un lujoso coche oscuro que se estacionaba en la entrada. El chofer, de impecable terno azul, bajaba del auto y lo rodeaba para abrirle la puerta a la persona que venía en el asiento trasero. Una joven de aspecto muy juvenil descendió de él, le dio fríamente las gracias al chofer y caminó despreocupada hacía la entrada donde se encontraba Minho y el resto del público. La chica fue directo hacia uno de los guardias, lo saludo y le dijo algo al oído que Minho no alcanzó a captar. El asunto es que no pasaron más de cinco segundos y la chica ya estaba ingresando en el lugar sin invitación, ni entrada.

– ¿Cliente frecuente? – se preguntó Minho y miró al mastodonte que había por guardia y que había dejado entrar a la chica sin más.

– ¡Minho! – gritó Key. Era la tercera vez que le llamaba y el susodicho ni cuenta se había dado -. Podemos entrar – le avisó y lo tomó de la mano. Minho asintió volviendo su concentración hacia Key. El otra guardia en la entrada se hacía a un lado para darles el paso. Atravesaron detrás de JongHyun las puertas de vidrio y el estruendo de la multitud y el sonido de la música los atrapo de manera estridente. Adentro, definitivamente, era otro mundo.

Key inmediatamente comenzó a dar de saltitos demasiado emocionado para el gusto de JongHyun, quien inmediatamente huyó entre la multitud y se perdió de la vista en cosa de segundos. Minho en cambio estaba literalmente embobado. Los chicos no bromeaban cuando le habían dicho “No puedes ser gay y no conocer Babylon”, y estaban en lo correcto. ¿Cómo es que no había dado antes con aquel lugar? La acústica y la música eran excelentes. Las luces y los colores bohemios del lugar, entre morados y azulinos le tenían hipnotizado. Los cuerpos que no cesaban de moverse en la gran pista de baile le producían euforia y el ambiente caliente, cargado de gozo le incitaba a quitarse la ropa. Todo dentro de Babylon era un espectáculo sin censura ni cordura. No había restricción y el lugar permitía hacer lo que la imaginación quisiese.
Tanto la pista de baile, como las escaleras, el segundo piso y los pasillos flotantes estaban abarrotados de gente. Los cubículos en suspensión contenían bailarines extremadamente tonificados y casi desnudos moviendo sus cuerpos al ritmo incesante de una música electrizante que parecía no terminar. Los tragos y tónicos en la barra parecían ir y venir, la gente los bebía como si fuera agua. Las risas y el disfrute se mesclaban con la música, y la desinhibición unía más que unos labios y unas manos.

– Esto es… – tragó saliva antes de continuar -, extorción…

Key a su lado soltó una carcajada. Le hacía gracia la reacción que estaba teniendo Minho.

– No seas bobo – le dijo casi gritando para hacerse oír -, esto es ¡Libertad!

Contentísimo arrastro a su novio hacia la barra en donde se toparon con JongHyun.

– ¿Me están siguiendo? – preguntó sintiéndose inmensamente importante.

– No te creas tanto Jjong – le apretó la mano a Minho quien parecía no querer reaccionar.

– ¿Qué le pasa?

– ¿Efecto Babylon? – dijo Key. Miro a su amigo con una ceja en alto.

– Novato – le murmuró JongHyun a Minho.

– Mira esos tipos de allá – habló de pronto el más alto y apunto hacia uno de los cubículos flotantes -, esto me resulta divertido…

Key y JongHyun observaron junto a Minho a los dos bailarines que se movían y retorcían con la música electrónica. Solo llevaban una pequeña tanga que cubría sus partes intimas y no paraban de tocarse e insinuarse mientras miraban al público. Un verdadero show de provocación.

– Y las nenas de allá no están nada mal – siguió JongHyun apuntando en otra dirección. El mismo espectáculo lo estaban dando dos chicas muy curvilíneas en otro cubículo flotante.

– Haha.. esto es alucinante – la sonrisa del rostro a Minho no se le borraba, parecía niño pequeño con juguete nuevo.

A JongHyun el barman le entregó el tónico que al parecer había pedido hace un rato y lo probó sin más.

– Excelente… – murmuró y se giró hacia los chicos -. ¿Pedirán algo?

– Quizás luego – contestó Key. Minho no le hizo caso.

– ¿Por cuánto tiempo más estará así? – JongHyun comenzaba a sentirse molesto por la actitud de Minho. Key lo miro y se encogió de hombros.

– Como sea.. – espetó y le dio otro sorbo a su bebida -, síganme.

– ¿Dónde vas?

– A los sillones, las entradas VIP no solo sirven para entrar enseguida – apuntó una zona en el segundo piso donde se podía apreciar otra clase de ambiente, había paredes de vidrio, sillones y mesas. La misma gente que se podía ver parecía ser de otra clase, más distinguida.

JongHyun los guió a través de los pasillos y de la multitud. Key lo seguía fascinado al tiempo que Minho miraba y sonreía a todo aquel que hiciera contacto visual con él o estirara una mano para tocarlo. Digamos que las personas allí adentro no tenían vergüenza y menos escrúpulos.

– ¡Key! – exclamó de pronto. Reía y parecía muy divertido -. ¡Un sujeto me cogió el trasero! – contó entre risas, mirando esporádicamente hacia atrás al tiempo que avanzaban -. ¡¿Puedes creerlo?! Así sin más – y volvió a reír.

– ¿Y eso me tiene que causar gracia? – espetó enfado -. ¡Dime quien fue!

– Hahaha déjalo… – empujó a su novio para que continuaran, JongHyun avanzaba rápido y no lo querían perder. Entre protestas Key fue jalado por Minho. Subieron las escaleras siguiendo a su amigo y en instantes llegaron a otro tipo de ambiente en la discoteca. Zona VIP. Allí estaban los importantes, los de mejor situación financiera y en sí, los sujetos mas exuberante e influyentes del suburbio de la diversidad. Y para sorpresa de Minho allí se encontraba la chica que hace minutos atrás había visto bajarse del lujoso coche oscuro y entrar en la discoteca. La diviso a través de la pared de vidrio y parecía divertirse con un grupo de hombres.

– Entremos – dijo JongHyun, había hablado y enseñado las entradas al guardia de la zona.
Key lo siguió de inmediato, entro con él y se arregló el cabello una vez adentro. Minho los siguió y juntos caminaron hasta uno de los sillones circulares especiales para el tipo de gente que llegaba hasta allí.

– ¿Kibum? – llamó de pronto una voz a sus espaldas -. ¿Kim Kibum?

Un sujeto de unos treinta años se había puesto de pie a unos metro y le hacía señas a Key.

– ¡Oh! ¡Por dios! – exclamó el chico -. ¿Richy?

– ¡Key! – gritó el aludido y ambos chicos caminaron para encontrarse y saludarse con un afectuoso abrazo.

– ¿Quién es? – preguntó JongHyun a Minho.

– Ni idea – dijo mirando la escena. Parecía un reencuentro de amigos. Minho se arrojó en el largo y esponjoso sillón de cuero y siguió contemplando la escena que había captado la mirada de varias personas más en el lugar. JongHyun lo imitó y se echó a su lado. Dejó el trago en la pequeña mesa en el centro y analizó al recién aparecido amigo de Key.

– Es bien parecido – comentó -, tiene buen porte… y su cabello algo largo, parece… del tipo que le gustan a Key.. – agregó mirando de soslayo a Minho -. Más que un amigo… parece.

– Un ex-novio – terminó la frase Minho. La presión de la mirada de JongHyun logró el efecto que quería y terminó por sentirse incomodo -. No estoy celoso si eso es lo que crees – dijo Minho devolviéndole la mirada -. No tenemos ese tipo de relación con Key. Debe ser un amigo y si se trata de un ex-novio pues es lo mismo, un reencuentro no tiene nada de malo.

– Pero lo está tocando mucho – acusó JongHyun.

– Solo le hace cariño en la cabeza – dijo restándole importancia.

– ¿Y eso no te enfada?

– ¿Se puede saber a dónde quieres llegar?

– A ninguna parte es solo que si yo tuviera un novio y resulta que ese novio de pronto se encuentra con otra persona que…

Minho de fondo seguía escuchando a JongHyun hablar, pero su atención se había desviado completamente hacia otro punto. Su mirada se había perdido en otra mirada. La chica de antes, al fondo de la zona, lo estaba mirando. Sus ojos rasgados y suavemente delineados lo estaba observando quien sabe hace cuanto rato. Pero para extraseña de Minho sus ojos lo miraban con algo de molestia. ¿Había hecho algo para enfadarla? Se removió incomodo en el sofá y la chica corto el contacto visual de inmediato, le prestó atención al hombre que estaba a su lado y le hablaba de algo que al parecer la hacía reír.

– ¡Minho! – exclamó Key. Era segunda vez en la noche que tenía que gritarle para sacarlo de su mundo. Miró a su novio un poco desconcertado -. Minho te presento a Richy, mi ex-novio.

– Bingo – murmuró JongHyun en voz muy baja.

– Ammm, sii, claro.. mucho gusto – dijo espabilando por fin y poniéndose de pie para inclinar la cabeza muy formal.

– El gusto es mío – dijo el sujeto muy alegre y devolviéndole el saludo -, es un honor conocer al chico que ahora tiene el corazoncito de mi Key…

– ¿De mi Key? – repitió JongHyun muy bajo.

En otra situación a Minho quizá le hubiera molestado dicho comentario, pero estaba tan pendiente de la chica en los sillones de al fondo, que poco caso hizo a la habladurías que decía el tal Richy ni menos a las caras de desprecio que le estaba poniendo JongHyun. La muchacha delgada, de ropas holgadas y cabello claro y largo hasta los hombros lo miraba esporádicamente. Cuando los sujetos en su mesa no le hablaban o le comentaban algo ella lo miraba, pero siempre con la misma expresión en los ojos.
Aquello se había vuelto un misterio para Minho, porque no mirabas de esa forma a la gente a menos que los conocieras o les gustases. Y definitivamente no conocía a esa chica, y por la forma en que lo miraba, la idea de haberle gustado también quedaba descartada.
De pronto el hombre a su lado también se quedó mirando a Minho. Le comentó algo en el oído a la chica y ella asintió. Ambos se enfrascaron en una conversación y continuaron compartiendo con el resto de su mesa. No volvieron a prestarle atención. Cuando Minho volvió la mirada hacia su novio, y al tal Richy, ya se encontraban sentados y con JongHyun compartían sin problemas. Al parecer Richy compartía ciertos gustos y aficiones con Jjong y juntos estaban en una competencia de tragos. Algo así como “puedo beber lo que sea que me prepares”. A un lado Key no hacía más que reír e incitarles a que siguieran con sus locuras mientras el mesero de la zona iba y venía con botellas de diversos tragos y rodajas de limón. Al cabo de unos minutos había que ver cuál de los dos estaba más ebrio y hablaba mas estupideces. La verdad es que todo eso a Minho le resultaba muy gracioso. Sin querer había terminado bebiendo unos cuantos tragos de vodka a petición de un acalorado JongHyun y se encontraba en un estado más animado. No al punto de decir idioteces y no poder ponerse de pie por miedo a devolver los litros de alcohol consumido, pero si lo suficiente como para pedirle a Key que fueran a la pista porque se moría por bailar la canción de ElectroFunck que se estaba tocando.
Olvidando por completo a la chica de cabellos claros y corriendo escaleras abajo con Key de la mano, Minho se abrió paso entre los sudorosos cuerpos y llego al medio de la pista. Comenzó a moverse pausadamente junto a un alegre Key y a medida que la música retumbaba en sus oídos Minho iba cogiendo mas ritmo. Las luces centellaban más que nunca y los bailarines en los cubos desparramaban erotismo con sus movimientos. En el escenario, a una esquina, las DragQueens hacían lo suyo en un espectáculo de cuero y látigos que tenían eufóricos a los que quisieran ver. Minho grito algunas cosas al aire y Key lo siguió. De pronto se llenó de humo el lugar y las luces y el estallido de lo electro retumbo en la paredes y el suelo. Toda la gente en la disco chilló con euforia y el ambiente se alocó de sobremanera. Minho, totalmente pegado a Key entre la multitud, bailo con él y lo besó con fogosidad. El éxtasis en el aire les encendía el cuerpo y los besos, los abrazos, las caricias y la desnudez estaban más que permitidas. Unos cuantos sujetos se habían desecho de sus camisetas y bailaban desinhibidos, lo mismo un par de chicas en ropa interior al lado del escenario. Todo era un disfrute total.
El baile y los besos duraron un buen rato, duraron hasta que Key no aguanto más y en un impulso arrastro a Minho lejos de la pista.

– ¿Adónde vamos?

Key se volteó y lo miró pícaro.

– ¿No querías saber lo que era la sauna? – Continuó arrastrándolo y Minho sonrió divertido. Se dejó guiar.

Bien cogido de la mano, Key lo condujo por debajo de las escaleras hasta llegar a una zona mucho más oscura, donde la música se oía despacio. Un gran pasillo se presentó ante ellos y Key señalo hacia adentro.

– La sauna… – enseñó.

Un par de chicos con el torso desnudos salían por el pasillos entre risitas y abrazos. Minho los miro todo el trayecto, luego se fijo en otra pareja de chicas que se devoraba sin vergüenza a la entrada del pasillo, y si agudizaba la mirada más adentro podía distinguir uno que otro cuerpo moviéndose de forma inusual.

– ¿Qué es esto? – preguntó desconfiado.

– La sauna.. ya te dije.

– ¿Qué se hace exactamente en la sauna?

Key no le respondió porque tiró de su brazo para avanzar por el pasillo. Quería que él lo descubriera con sus propios ojos.

El pasillo era muy oscuro, iluminado solo por las fluorescentes luces azules que teñían del mismo color las pieles de los chicos y chicas a su alrededor. La música se perdía y en su lugar solo quedaban los gemidos y las excitadas respiraciones. La gente estaba desnuda y el olor a sudor y a sexo se hizo más que pesado en su nariz. El pasillo daba a distintos espacios, en todos lados había cuerpos moviéndose, en el suelo, en la pared y en las grandes cadenas que colgaban del techo. Todo era una masa que se movía con lentitud y que lo aterró de una manera increíble.

– ¡Ah! – chilló una chica -. ¡Ten más cuidado idiota!

Minho salió del trance que la estupefacta escena del sauna le había provocado y se disculpó con la muchacha que acaba de pisar. El trío de chicas en el suelo siguió en lo suyo y Minho apartó la mirada rápido. Se soltó de la mano de Key y dio un paso atrás.

– Yo me voy de aquí – avisó y se dio la media vuelta.

– Pero Minho… – Key intentó detenerle -. ¿Qué paso? ¿No te gusto?

El más alto lo miro entre asqueado y sorprendido.

– ¿Esto querían tu y Jjong que conociera? – señalo a su alrededor -. Es una porquería.

– Vamos no seas así – intentó tranquilizarle con una sonrisa -. No es tan malo, sale más barato que ir a un motel – bromeó.

– Si tu novio no quiere… siempre puedes encontrar mas – susurró un chico de cabello platinado detrás de Key, se le había acercado y le hablaba casi lamiéndole el cuello.

– ¡Hey!

Un empujón fuerte de parte de Minho y el chico de claros cabellos ya rodaba en el piso sobre un grupo de chicas.

– ¡Nos vamos! – sentenció. Agarró firme la mano de Key y salió con él de ese desquiciante lugar. La música electrónica volvió a sus oídos y el olor del humo y el cigarro impregnaron su nariz.

– ¡Suéltame! ¡Me estás haciendo daño! – exclamó Key. Pero Minho no lo soltó hasta que estuvieron bien lejos, casi en el otro extremo de la disco.

– ¡Ese sitio era asqueroso! ¡Repugnante! ¡Cómo pueden permitir algo así! – había soltado a Key y daba vueltas en círculos.

– Exagerado – murmuró mientras se sobaba la muñeca.

– ¡Tú y Jjong son un par de sucios! – acusó. Key rodo los ojos y le dio la espalda.

– Si hubiera sabido que te pondrías así no hago nada – miró hacia cualquier lado.

Key dejó que su novio protestará y diera vueltas de acá para allá como perro enjaulado. Cuando Minho se ponía así era mejor bloquear sus oídos y volver a prestarle atención cuando se haya calmado.
Sus reclamos y acusaciones duraron un buen rato, el suficiente como para sentir que la noche se arruinaba.

– ¡Minho! – chilló Key -. ¡Eres realmente un anticuado! – había dejado de ignorarle y le hizo frente -. ¡Jjong ya consiguió cita! En cambio nosotros… – se volteó para mirar a JongHyun en la salida de la discoteca, iba muy abrazado de Richy -. Seguro se la pasan mejor que yo – espetó y le dirigió a su novio una mirada asesina. Minho no le hizo mucho caso, se había quedado mirando a su amigo que desaparecía de la discoteca con aquel ex–novio de Key -. Como sea… ¡Me largo! – giró sobre sus talones y se alejó a paso firme.

– ¿Eh? ¡No! ¡Key! – Lo siguió a través de la gente y lo frenó casi llegando a la salida.

– ¡Déjame! – alegó tratando de zafarse.

– ¿Algún problema? – preguntó uno de los guardias en la entrada, había sujetado el hombro de Key y ceja en alto miraba a Minho.

– N-no… ninguno – murmuró Key, observaba a su novio resentido -. ¡La verdad es que si! – exclamó. Se soltó de Minho de un tirón y de brazos cruzados se paró a un lado del musculoso guardia -. ¿Puedes creer que no quiso hacer nada en la sauna?

Minho quedo descolocado. Key ya había empezado a hacer drama y ahora venía la parte en que de forma sarcástica empezaría a juzgarle y burlarse de él. Típico de su maña de diva. Aunque cuando se ponía así significaba solo una cosa, que le estaba bajando el perfil al asunto, que no estaba enojado, solo decepcionado. ¿Key realmente esperaba que ellos hicieran esas cosas en la dichosa sauna?
El guardia lo miró ceñudo.

– ¡Que! – saltó Minho -. ¡Es un lugar horrendo! – le iba a seguir el juego a Key.

– Ahí está ¿Lo ves? – Key lo apuntó -. No deberían dejar entrar a estos sujetos tan aburridos – decía hablándole al guardia.

– ¡¿Querías que lo hiciéramos en esa cosa?!

– Un poco de aventura no le viene mal a nadie – se defendió Key.

– ¿Qué aventura podría tener eso? – preguntó asqueado.

– Si buscas aventura… – habló el guardia -, estoy libre después de las tres.

A Key le brillaron los ojos con malicia y a Minho le ardió la mirada. El jueguito ya no le estaba gustando.
En el instante en que Key osó abrazarse a uno de los musculosos brazos del guardia Minho explotó.

– ¡Suficiente! – exclamó -. ¿Quieres aventuras? – estaba enojado y la pregunta casi la gritó en su cara -. ¡Pues te daré una maldita aventura!

De un solo jalón Minho alejó a Key del guardia y lo arrastró hacia la sauna. Antes de alejarse Key moduló un suave “gracias” al musculoso, quien le respondió con un amistoso guiño.

————-

Eran las 4:00 de la madrugada y ya era la segunda vez en media hora que Minho se iba dentro de Key. El sonido de la cama contra la pared había cesado y los gemidos se habían ahogado con el último clímax. Minho se desplomó sobre Key y respiró cansado sobre su oído.

– Una mas y bates tu record de tres en una hora – comentó Key con la respiración cortada. Minho rió suave y se incorporó en sus codos, se encontró con el rostro perlado de Key -. Aunque si nos hubiéramos quedado en la sauna… quien sabe…

Minho rodó los ojos.

– No estaba tan enojado como para perder la cordura. ¿Para que la sauna si tenemos nuestro cuarto? – bajó su rostro para besarle.

– Porque, no se… ¿No te resulta existante? – preguntó -. Es un lugar público, y hay otra personas, y…

– Eres un pervertido… – murmuró Minho sobre sus labios.

– No lo soy – rebatió al instante, se había ofendido.

– Oh, claro que lo eres, mira que llevarme a la sauna – arqueó una ceja -. ¿Qué esperabas… que te hiciera allí? – preguntó mientras se movía despacio entre sus piernas. Key abrió la boca para contestar pero en vez de palabras solo salió un tímido gemido. Minho sonrió y detuvo el movimiento de su pelvis.

– ¿Qué tal una ducha? – susurró quitándole el flequillo sudado de la frente.

– ¿A esta hora? ¡Son las cuatro de la mañana!

Minho sonrió y se levantó de forma perezosa. Salió de la cama despacio dejando las sábanas que lo cubrían atrás y se paseó desnudo. Se detuvo frente a la puerta del baño y se volvió para mirar a su novio en la cama.

– Te estaré esperando por si quieres venir – le guiño un ojo y entró dejando la puerta abierta. No bastó mas incentivo para Key. Salió de la cama en el acto y corrió hacia el baño.

Bajo el agua, tras las puertas de cristal de la ducha, pegado a los azulejos del baño Key hizo que Minho batiera su propio record. No necesitaron la dichosa sauna para experimentar ciertas fantasías, pero si las paredes hablaran tendrían más que una historia caliente que contar. Sobre todo las de un lugar como lo era Babylon.

———–

6:00 am.
La música de un celular sonaba en la habitación. Luego de que la melodía se repitió por quinta vez Minho se dignó a contestar.

– Quien diablos llama a esta hora… – murmuró Key, se había despertado y se revolvía entre las sábanos tratando de volver a dormir.

– Diga – habló Minho con el móvil pegado en la oreja, no se había levantado y seguía con los ojos cerrados.

– Minho-sshi… – era la voz de JongHyun -. Minho-sshi ven a ayudarme por favor – se oía tembloroso.

– ¿Jjong? Que pasa… – Minho abrió los ojos y puso más atención. Key se revolvió y se acercó. El rostro del más alto se desfiguró al seguir escuchando a su amigo por el móvil -. ¡Jjong! ¡Idiota!

CONTINUARA~~

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  1. #1 por Casandra el agosto 7, 2011 - 4:36 am

    O.O muy bien echo Minho ami tampoco me gusto el sauna!! waa!! jajaja

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